Seguro que estás cansado de hacer presentaciones comerciales, siempre iguales, copiando trozos de otras, buscando cómo presentar tus productos.
Pero, ¿te has parado a pensar que quizás lo que necesitas es enfocarlas de otra forma para conseguir más ventas?
En las presentaciones como en las cartas de amor, tenemos el objetivo de enamorar a quien las recibe.
En ocasiones porque queremos una cita romántica, en otras porque queremos una segunda cita con ese cliente.
Por eso tan importante saber a quién nos dirigimos en cada ocasión, para poder presentar y exponer adecuadamente nuestras ideas y conseguir nuestros objetivos.
Así que separemos la preparación de la presentación en tres partes:
- Lo que queremos decir
- Cómo lo vamos a decir
- Cómo lo vamos a plasmar en la presentación
Qué queremos decir en nuestra presentación
Para esto es vital tener en cuenta para quién estamos preparándola.
Es muy probable que tus productos o servicios como tal no cambien, pero sí que cambie el interlocutor al que se los vas a presentar.
Por tanto, es muy importante conocer a tu cliente.
¿quién es tu cliente?
¿qué le preocupa? ¿tiene problemas, necesidades?
¿en qué puedes ayudarle tú?
Para que alguien compre tus servicios debe necesitarlos, por lo que si no le estás solucionando un problema o ayudando a mejorar alguna de las situaciones que le preocupan, es muy difícil que puedas venderle nada.
Cómo lo vamos a decir
Parece que hacer una presentación comercial o de ventas está reñido con generar algún interés en el cliente.
Habitualmente nos limitamos a hacer presentaciones del tipo:
- Esta es mi empresa
- Estos son mis clientes
- Estos mis casos de éxito
- Este es mi producto (con cientos de características en interminables listados de viñetas)
De manera que no nos preocupamos en absoluto de la persona que tenemos enfrente, sino que empezamos a hablar de nosotros, de nuestra empresa, de nuestros casos de éxito… Y continuamos la presentación con una serie de características del producto o servicio que queremos vender.
Cuantas más mejor.
Un montón de listas interminables de bullets points con los que detallamos todas las características del producto. Cuando en realidad, casi nunca, el interlocutor que está escuchando la presentación, entiende ni una sola de las características.
Deja de contar rollos aburridos y hablar de ti. Cambia el chip.
Si no lo haces es muy probable que en la tercera diapositiva ya no te esté escuchando nadie.
Ya sabes quién es tu cliente, ¿verdad? Pues dirígete a él, plantéale sus problemas y cómo tienes pensado solucionarlos, qué beneficios (y no características) puede aportarle tu producto.
Piensa en la estructura de tu presentación, e intenta contarle una historia. ¿qué no se puede? Claro que se puede, no hace falta que le cuentes el cuento de Blancanieves, claro, pero piensa bien las partes que componen una historia:
- Comienzo
- Desarrollo
- Fin
Y con estas mismas partes, piensa como puedes construir tu presentación.
El comienzo
El comienzo de tu presentación es lo más importante.
Tenemos cada vez más notificaciones para distraernos, retener la atención de alguien empieza a ser todo un reto, así que aprovecha los primeros segundos de tu presentación para llamar la atención de tu interlocutor y que tenga interés en seguir escuchándote.
Si empiezas de manera monótona, aburrida o poco interesante, es muy posible que la primera notificación de su móvil te gane la batalla.
Comienza tu presentación con un dato estadístico importante, con una cita famosa que tenga que ver con el tema de tu presentación, con una imagen, con una pregunta retórica.
Hay muchas formas de captar la atención de tu audiencia en los primeros segundos de tu presentación.
El desarrollo
Una vez comenzada la presentación, y ya que has llamado su atención, aprovecha y desarrolla tu idea, pero intenta hacerlo sin dar características y más características que no motivarán a tu receptor.
Aprende a expresarte en términos de beneficios, piensa qué beneficio puede aportar a tu cliente esa característica que le ibas a transmitir.
Requiere práctica, pero es más sencillo de lo que parece.
Inspírate en grandes comunicadores para ver cómo lo hacen.
¿Recuerdas cómo presentó Steve Jobs el iPod? Exacto, te hizo ver su beneficio: “Mil canciones en tu bolsillo”. Está claro que eso se traduce en una serie de características técnicas que hacen que esto sea posible, pero el beneficio para quien lo va a comprar es justo ese: poder llevar un montón de música en su bolsillo.
El final
Remata tu presentación teniendo en cuenta cómo la has comenzado, y aprovecha estos momentos finales para generar un recuerdo o una llamada a la acción en tu interlocutor.
Concluye tu historia recordando cómo puedes hacer su vida mejor gracias a la solución que le estás proponiendo y consigue esa segunda cita o esa venta.
No desaproveches el final poniendo simplemente un “Gracias”, es una de las diapositivas que más tiempo se queda en pantalla, no pierdas la oportunidad de reforzar tu mensaje con esta.
Concluye con una cita impactante que esté vinculada al mensaje que quieres transmitir. Hay muchísimas frases célebres que puedes usar para finalizar tus presentaciones y que se pueden adaptar al tema que estés tratando.
Cómo lo vas a presentar
Para plasmarlo en una presentación, ahora que tienes claro qué quieres decir y a quién se lo vas a decir, sólo necesitas aplicar unas normas básicas para no caer en los típicos errores de las presentaciones.
Una diapositiva, una idea
No llenes tus diapositivas de texto sin más, la presentación es un medio para apoyar lo que estás diciendo, no para repetirlo.
Expón una idea en cada diapositiva, si las abarrotas de ideas, no conseguirás hacer recordar ninguna. Usa poco texto para esto, apóyate en imágenes de los conceptos que necesitas transmitir.
Tipografías
Actualmente hay tantas tipografías, que es mucho más sencillo equivocarse.
No pretendas usarlas todas, ni usar esas tipografías tan bonitas que sirven para hacer camisetas pero que no se pueden leer correctamente en una presentación.
Hay montones de herramientas para ayudarte en busca de la tipografía, pero lo dicho, que prime la sencillez.
Es suficiente con usar un par de tipografías: una para los títulos y otra para el resto del texto.
Colores
Exactamente igual que con las tipografías, no improvises ni te pases, escoge un par de colores y si quieres alguna tonalidad de uno de ellos, pero no pongas un montón de colorines convirtiendo tu presentación en una auténtica feria.
Recuerda que es esencial que el texto pueda contrastar sobre el fondo o será imposible leer nada, así que escoge tus colores teniendo en cuenta el contraste.
Imágenes
Una imagen vale más que mil palabras, eso ya lo sabemos.
Así que busca imágenes que refuercen tus conceptos. No vale cualquier imagen, claro, busca e invierte el tiempo necesario en localizar esa imagen que refuerza el mensaje que estás transmitiendo.
Y por favor, usa imágenes de calidad. Hay un motón de bancos de imágenes gratuitas que puedes usar, así que no copies imágenes con marcas de agua ni con derechos de uso que no te pertenecen. Es muy sencillo hacer las cosas bien con la cantidad de material del que disponemos a día de hoy.
¿quieres saber dónde encontrar imágenes para tus presentaciones? Aquí tienes una extensa recopilación de webs donde puedes descargar imágenes
Gráficos
Es evidente que los gráficos nos permiten expresar una gran cantidad de información en un pequeño espacio.
Son perfectos para mostrar conclusiones y datos, PERO no lo satures. Si muestras un gráfico con un exceso de información, lograrás el efecto contrario y confundirás con ellos.
Haz un gráfico sencillo y destaca solo aquello que consideres relevante transmitir. Si todo destaca, nada es relevante.
Animaciones y transiciones
Las animaciones y transiciones de las que dispone PowerPoint son maravillosas si lo que quieres hacer es un vídeo animado. Pero si lo que estás haciendo es una presentación, prescinde de ellas.
Atrás quedaron los tiempos en que se usaban como si eso le diera más potencia a la presentación. Han quedado prácticamente en desuso.
Si vas a usar una animación, antes de hacerlo pregúntate si aporta algún valor, y si no lo hace, mejor no la uses.
Plantillas
Y por último las plantillas.
Si vas a usar una plantilla para simplificar la elección de tipografías, colores y diseño, por favor, NO uses las que viene por defecto en PowerPoint.
Si de verdad quieres hacer una presentación profesional, usa una plantilla profesional. Mira esta recopilación de plantillas que te puede ayudar.
Si te has quedado con ganas de más y quieres seguir aprendiendo, tienes la posibilidad de seguir haciéndolo con este curso gratuito por email. Sólo tienes que suscribirte y te llegarán cómodamente las lecciones a tu buzón de correo:
Me encantó, muy cierto lo que explicas, hay que tomarse el debido tiempo para elaborar una presentación personalizada y enfocada en nuestro objetivo, te deje 5 estrellitas!
Hola Eva, muy buen aporte, … así sabremos que con las presentaciones bien trabajadas como explicas, podemos también llegar a incrementar las ventas de nuestro negocio .
Saludos Compañera
Toñi Rodriguez
Vatoel Social Media
Muchas gracias por los consejos Eva ? La verdad que una buena presentación puede ser un punto de inflexión decisivo a la hora de aumentar nuestras ventas.
Un saludo.